miércoles, 25 de noviembre de 2009


No hay nada como volver a tu "pueblo" en viaje de placer,

meterte en la marabunta de gente con los cascos puestos, mientras miras con cariño los edificios de siempre, ajena al ruido del tráfico y el mal humor de los que van a trabajar. Tomar un delicioso (y barato) chocolate con porras en el Caffé del Arte rodeada de ejecutivos solitarios. Recorrer las calles, por enésima vez, encontrando siempre cosas nuevas que no estaban la última vez. Descubrir tiendas que cerraron y otras que abrieron, pero todas con el mismo encanto. Pararte a escuchar a los músicos callejeros y dejarles alguna moneda (en la medida de lo posible). Visitar viejos amigos y que pasen las horas en cualquier bar sin preocuparse por tener que madrugar... que lástima que crecimos y que no se pueda sonvertir esto en algo habitual.

Espero que dentro de muchos años, cuando vuelva a Barcelona, me pase lo mismo que cuando vuelvo a Madrid.

martes, 17 de noviembre de 2009

la masa


Acaba de llegar el tren y una marabunta de gente se dirige hacia sus respectivas facultades. Al borde del camino, un gato observa altivo el paso del gentío, parece que se pregunte a qué tanta prisa si la mañana no ha hecho más que empezar.
En esto, una de esas personas, pasa a su lado y le lanza un aspaviento. El gato se asusta y se aleja refunfuñando, “estúpidos humanos, sólo se alejan del rebaño para espantar al diferente”.