Yo creo que las bibliotecas siempre han estado en mi vida, ni me acuerdo de la primera vez que pisé una. Me hace mucha gracia cuando alguna vez he leído en alguna columna o revista o lo que sea, que alguien cuenta la primera vez que pisó una biblioteca,o abrió un libro… yo no se si serán recuerdos reales o que la persona en cuestión quiere hacerse la interesante, pero yo no recuerdo ni lo uno ni lo otro. Siempre tuve un libro en las manos y no oy a decir que siempre he estado en bibliotecas, pero no me impactó especialmente la primera vez que entré en una, o por lo menos, no lo suficiente como para que me acuerde.
En Coslada hay tres bibliotecas públicas, dos de las cuales pasan desapercibidas para casi todos, y fue en una de estas dos en la que entré una vez de la mano de mi madre para hacerme el carnet, la Jaramilla.
Donde iba mucho era a la del Margarita Nelken, pero sobre todo a hacer trabajos en grupo. Menudas broncas por parte de las bibliotecarias por no estar calladitos… Esta biblio tambié la he usado muchísimo todos los veranos de la carrera, aire acondicionado a tope, que obliga a llevar una chaquetita, futuros bomberos estudiando las oposiciones… y lo que siempre me llamó la atención: la única biblioteca abierta en agosto donde poder estudiar, ubicada en la tercera planta de un centro cultural vacío durante el estío, y no son capaces de habilitar otras plantas para los estudiantes!!! Asi que allí nos ves, llegando prontísimo para coger sitio, teniendo que ir a la sala infantil, con las consabidas sillitas y mesitas minúsculas… La única biblioteca, pública o privada abierta en agosto, grupitos de personas que se reúnen a hacer el descanso, reencuentros con compañeros de institutos separados por la universidad, y lo mejor, máquina de café a 30 céntimos y de refrescos a 60…
En Vigo, yo creo que me he recorrido todas las bibliotecas, que haberlas…, pero menudos horarios. Gran labor la que hace Caixanova con esta ciudad, dotándola de unas cuantas, a pesar de que cierran prontísimo. En estos años, he visto evolucionar las horas de apertura de la biblioteca de peritos una barbaridad, hasta llegar a abrir hastas las 3 de la mañana las semanas previas a los exámenes, aunque si de verdad quieres estudiar, lo vas a tener difícil, los taconeos constantes, las cortísimas faldas y los grandísimos escotes no te dejarán concentrar, por algo la llamamos la ligoteca. Más tranquilo es el CUVI, sobre todo en la convocatoria de septiembre, tienes para elegir desde la biblioteca central, donde señoritas ligeras de ropa te ofrecen RedBull a la puerta, la nueva de Minas, que en sólo dos años se ha quedado pequeña, o la inexistente de Ciencias, aula retransformada que no llega a nada. En la ciudad de nuevo, la biblioteca Central de Caixanova, es toda una llamada a la desconcentración. Situada en un lugar privilegiado, con moqueta que amortigua las pisadas y grandes mesas de cuatro plazas cada una donde expandirse cual ameba, la quinta planta del centro cultural nos ofrece un grandísimo ventanal, que no recomiendo para los que pierden la concentración con cualquier cosa…. Impresionante.
Si te levantabas antes, podías probar a ir a la municipal, la pijoteca, en un edificio del casco viejo, con lamparitas que alumbran las mesas, puedes estudiar codo con codo (literalmente) con otros estudiantes, incluso puedes estudiar los apuntes del de al lado, porque han aprovechado tanto el espacio que cada plaza sólo admite el ancho de un libro abierto, y el resto de las cosas…. Debajo de la mesa, un poco incómodo, pero al menos abre antes y cierra más tarde, y en frente de una cafetería y al lado de unos frutos secos donde comprar cualquier cosa de picoteo.
En Perpignan casi no fui a la biblioteca, ¡¡¡cerraba a las seis de la tarde!!! Y con un estridente pitido te echan un cuarto de hora antes. Y ni que decir de su surtida colección de libros, no sé en las demás, pero la de ciencias era peor que la de un instituto… hasta tenían lo que parecía una colección de libros del equivalente francés al círculo de lectores.
En Alemania, no te dejan entrar en las bibliotecas sin antes pasar por una taquilla y dejar todos tus enseres. Tienen cestitos donde transportar lo que necesitas: apuntes, bolis, agua… La idea habría que importarla, así se evitaría tanto ruidito molesto justo cuando estás más concentrado. Además, supongo que en invierno, allí, se hace imprescindible, con tanto abrigo bufanda y gorro… Además, cuando estuve en Berlín, iba a estudiar al ¡¡centro comercial!!,en la última planta había una gran biblioteca… con vistas, claro. Yo creo que lo hacen para frenar la titulitis y que no nos saquemos la carrera a costa de mirar por los ventanales.